Clínica BV / Francesc Rife Studio

A pesar de todos sus ingredientes minimalistas, este proyecto está marcado por la riqueza de su composición.

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Dejando de lado la frialdad habitual asociada a espacios sanitarios, el nuevo diseño para la clínica odontológica Bousoño Vargas en Oviedo marca una importante nueva etapa para los propietarios hacia un proyecto mucho más sereno y racional.

Para lograr una atmósfera tranquila para los pacientes, la luz natural juega un papel emocional que va más allá de simplemente iluminar el espacio. A través del vidrio óptico matizado utilizado a modo de paramentos se busca recrear la claridad que entra desde la fachada en el interior de todos los gabinetes. La traslucidez de este material ayuda además a crear subespacios menos visibles, pero sin que lleguen a sentirse por ello totalmente aislados.

Con una organización circular para favorecer el tránsito, el recorrido empieza en la recepción donde se introduce uno de los materiales principales del proyecto: el mortero gris cálido, escogido por su dureza y sus propiedades higiénicas.

La sala de espera está diseñada principalmente en el mismo material, incluidos los bancos de espera que se han configurado siguiendo una sencilla combinación de planos geométricos. Por otro lado, para controlar el estado de ánimo del lugar, una de las paredes de la sala está proyectada en Barrisol retroiluminado con perfil RGB que permite cambiar su color.

Desde esta antesala se inicia un diálogo constante entre el mortero y el resto de materiales del proyecto como son la piedra natural flameada Verde Cáceres, el vidrio traslúcido y la madera de roble dispuesta en lamas verticales. Su combinación definirá la estética final de cada estancia, incluidos los despachos y una sala polivalente pensada principalmente para reuniones y formación. El porcelánico gris se ha utilizado como pavimento general ofreciendo una base neutra y limpia, mientras que el uso de las líneas de luz Bright Line de Arkoslight y los focos Shot Light integrados favorecen la sobriedad estética de la obra.

La larga fachada de piedra natural y vidrio lleva al exterior el mismo sentido de orden y calidad que caracteriza al diseño dentro. A través de un gran dintel se esconden las instalaciones y cualquier elemento que originalmente generaba algún tipo de ruido visual. El resultado es una imagen moderada y serena, pero sin dejar por ello de ser especial.

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