Loft en el agua / Arquitecto Santiago Cordeyro

El dormitorio principal pone énfasis en el relax: se trata de un lugar tranquilo, de 75m², desde donde se domina el paisaje sin interrupciones. Los clientes querían una suite tan grande como la recepción, que dominara las visuales y en la cual el baño estuviera integrado al dormitorio. El sentido […]

Compartir

Santiago Cordeyro

Arquitecto Santiago Cordeyro - Casa Loft en el Agua

El dormitorio principal pone énfasis en el relax: se trata de un lugar tranquilo, de 75m², desde donde se domina el paisaje sin interrupciones. Los clientes querían una suite tan grande como la recepción, que dominara las visuales y en la cual el baño estuviera integrado al dormitorio.

Santiago Cordeyro

El sentido de spa gana el ambiente con un hidromasaje doble, extendido en un área de descanso zen sobre el piso, un baño compartimentado detrás de puertas de opalino con ducha finlandesa incluida y, sobre el lateral, una pequeña zona de gimnasio.

Santiago Cordeyro

Para proyectarlo, el arquitecto imaginó un gran ambiente que cumpliera con estas funciones de dormitorio, relax, gimnasio y baño, pero buscando a su vez que el espacio se pudiera separar. Para eso se diseñó una alcoba con un gran panel corredizo que permite independizar o integrar la zona de dormir a la de relax y se ubicó en sectores compartimentados –no a la vista directa- inodoro, bidet y ducha.

En cuanto a los colores, se optó por el neutro que no pasara de moda. Se utilizó hormigón alisado en un tono de gris para los pisos y revestimientos de zonas húmedas. Los decks de madera enmarcan el sector de relax y dan calidez al ambiente. Para el resto de las paredes se eligió yeso blanco como soporte neutro y aluminio anodizado en los grandes ventanales, enmarcando el paisaje.

Se logró un espacio muy funcional, de grandes dimensiones, muy bien sectorizado y con la posibilidad de independizar su función del dormitorio gracias al panel corredizo.

Las vistas hacia el espejo de agua regalan una gran espacialidad.

Cuando el cliente mostró el terreno al arquitecto hizo un gesto con sus brazos en alto mirando hacia la laguna y dijo: “Quiero apropiarme de esta vista, por eso compré este terreno para estar casi en el agua.” Al concluir la obra 12 meses después, durante la inauguración, el cliente repitió el gesto en la caja de la suite que sale al exterior y afirmó: “Esto es lo que quería.” La simplicidad de sus palabras llenó de orgullo al estudio por haber logrado el objetivo.

Santiago Cordeyro

SUSCRIBITE A WIDEPRINT