Casa de Hormigón / BAK Arquitectos
Ubicación Mar Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina Proyecto y dirección María Victoria Besonías, Guillermo de Almeida, Luciano Kruk Colaborador Sebastián Indri Superficie del terreno 595,50 metros cuadrados Superficie construida 90 metros cuadrados Año de construcción 2006/2007 Memoria María Victoria Besonías El lugar Mar Azul es un balneario a 400 […]
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Ubicación
Mar Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina
Proyecto y dirección
María Victoria Besonías, Guillermo de Almeida, Luciano Kruk
Colaborador
Sebastián Indri
Superficie del terreno
595,50 metros cuadrados
Superficie construida
90 metros cuadrados
Año de construcción
2006/2007
Memoria
María Victoria Besonías
El lugar
Mar Azul es un balneario a 400 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires, con una extensa playa de médanos vírgenes y un frondoso bosque de coníferas. Los propietarios, integrantes del estudio, conocedores desde hace años de este lugar, eligieron un terreno en el bosque con una topografía desafiante, alejado del mar y en consecuencia de la zona más habitada, para construir una casa de veraneo cuya presencia no impidiera que el imponente paisaje circundante siga siendo protagonista.
La propuesta
El hecho de haber podido experimentar en temas funcionales y estético-constructivos en este ambiente tan particular -el bosque marítimo- con otra obra recientemente construida, la Casa Mar Azul, y haber obtenido resultados muy satisfactorios, permitió en esta oportunidad, poner el énfasis en perfeccionar el sistema experimentado y resolver su adaptación a la peculiaridad de la compleja topografía del emplazamiento elegido.
La búsqueda de alternativas debería, como en la primera experiencia, seguir teniendo pocas pero insalvables limitaciones: fundamentalmente tener muy bajo impacto en ese paisaje, que se ajustara a un bajo presupuesto, que su mantenimiento posterior fuera casi nulo y que el tiempo de construcción se acortase todo lo posible ya que el seguimiento se haría a distancia.
Con estas premisas, la casa fue resuelta como un prisma de hormigón de proporción alargada y de altura mínima, ubicado aprovechando una pequeña planicie natural en un terreno cuya característica relevante es la importante pendiente en diagonal (6 metros de diferencia entre una esquina y la opuesta del lote) que presenta. Mas allá de esta especie de terraza natural la pendiente se hace más abrupta y los pinos empiezan a ralearse. Con esta ubicación se modifica apenas el perfil del médano y no se interrumpen las vistas desde los lotes linderos al magnífico paisaje circundante ya que en un corto plazo desde el entorno inmediato solo se apreciará un suelo (en realidad el techo de la casa) cubierto del follaje seco de los pinos en permanentemente renovación.
Como la construcción está ubicada paralela al lado mas corto del lote y la pendiente del médano es oblicua respecto de las ortogonales del mismo, la casa se presenta semi-enterrada en uno de sus ángulos y con sus cimientos expuestos en el opuesto. De manera tal que la forma pura, contundente, que cobija las actividades de veraneo parece emerger del médano con dos fachadas bien diferenciadas: la SO hundida en la arena con una abertura que la recorre de extremo a extremo y cuya altura va acompañando la pendiente del médano, y la NO totalmente vidriada como un balcón que permite vistas lejanas, pero a la vez parcialmente protegida de las miradas desde la calle por unos tabiques “paravistas” que varían su posición y cantidad según los ambientes que protegen. Los vidrios de este ventanal corrido a su vez reflejan el paisaje cuando la casa se observa desde el afuera y “crean” y resaltan una serie de elementos verticales de mucho protagonismo (árboles verdaderos y reflejados, tabiques “paravistas reales y espejados), que le restan protagonismo al prisma puro de fuerte presencia horizontal y que ofrecen, a medida que el observador se desplaza, vistas siempre cambiantes de la casa y el paisaje que la cobija.
La organización funcional
Es casi de catálogo. Sobre la fachada balcón, los ambientes principales uno a continuación del otro unidos por un deck.
Sobre la fachada hundida, los baños, la cocina y en el extremo que va “desenterrándose”, el comedor.
[rlslider id=13295]La casa no cuenta con un acceso protagónico, y si bien el ingreso por la zona más pública ha de ser sin duda el de uso habitual, también se puede entrar a esta vivienda flexible en su uso, por cualquiera de los otros ambientes. Los “muebles de hormigón” que definen los dormitorios se separan 0.70 metros de la fachada vidriada a través de dos paños fijos que pueden ser removidos o reemplazados por puertas en el caso de que se cambie el destino de los ambientes. Con este recurso en cualquier lugar de la casa se puede recomponer la totalidad de la fachada y cada ambiente se agranda visualmente porque se prolonga en el contiguo.
Las actividades exteriores no pretenden estar determinadas por razones funcionales, sino que es la propia topografía la que va definiendo el lugar para dejar el automóvil, para ubicar la parrilla o para determinar la posición de la plataforma para tomar sol y refrescarse. Se ha decidido también no ajardinar el lote para mantener la calidad del paisaje natural que además presenta la ventaja de no necesitar más mantenimiento que el retiro de los pinos que se van secando.
La solución constructiva
Se resolvió para esta nueva experiencia eliminar los perfiles de hierro estructurales (utilizados en la Casa Mar Azul) para llevar al límite el concepto de mantenimiento posterior nulo. De forma tal que la planta de la vivienda de 6.90 metros por 14 metros queda cubierta por una losa de hormigón armado a la vista que descansa en los múltiples tabiques de la fachada principal por un lado y se resuelve con un voladizo en la opuesta que posibilita realizar una abertura en toda su extensión sin apoyos intermedios. Dicho voladizo está soportado por tres tabiques portantes que se desplazan de la línea de la fachada.
Los tabiques interiores son de ladrillo hueco revocado y pintado con látex blanco. El piso es de paños de alisado de cemento divididos por planchuelas de aluminio. El encuentro entre muros y el suelo se resolvió con un perfil rehundido de aluminio a manera de zócalo. Las aberturas son de aluminio anodizado color bronce oscuro. El sistema de calefacción, dado que no existe gas natural en la zona, se resolvió instalando una salamandra de importante poder calórico para acondicionar el lugar de reunión, el primer dormitorio y el pasillo. El dormitorio principal y los baños se calefaccionaron con placas eléctricas.
Un sistema estético constructivo para un hábitat particular
La experimentación que se menciona en los primeros párrafos de la memoria está relacionada con que el uso habitual de la casa en épocas templadas o cálidas y el microclima reinante en el bosque marítimo (mucha sombra, escaso viento), hace viable la solución constructiva de bajo costo y rápida ejecución de una envolvente de hormigón a la vista sin complementos que mejoren la aislación térmica e hidrófuga. Para esto se utilizó un hormigón con el agregado de un plastificante que optimiza una mezcla con escasa cantidad de agua que al fraguar resulta de mucha compacidad. Gracias a este procedimiento, la cubierta se puede resolver sin contrapiso de pendiente ni membrana hidrófuga, simplemente la losa se realiza desde el vamos con la suficiente pendiente como para permitir el libre escurrimiento del agua de lluvia hacia sus cuatro lados. Además, la calidad expresiva del hormigón visto y sus propiedades de resistencia e impermeabilidad, hacen innecesario cualquier tipo de acabado superficial, lográndose también, un bajo costo de ejecución en las terminaciones y un mantenimiento futuro innecesario ya que los paramentos tanto exteriores como interiores del hormigón visto solo requieren como acabado un lijado a mano para remover las adherencias propias de la ejecución. Por otro lado, el color y la textura del hormigón armado, realizado con encofrado de tablas de madera, resulta de una presencia contundente y discreta a la vez, permitiendo que la obra se exprese en armonía con el bosque.
El tratamiento de la luz
Conocedores de la atmósfera ambiental que genera el bosque, era primordial asegurar una generosa llegada de luz a todos los locales. Como refuerzo de la iluminación proveniente de los paños vidriados del perímetro se pensó en incorporar una entrada de luz sobre el “mueble de hormigón” que contiene la salamandra y el leñero. Con ese objetivo fue proyectada una caladura que produce, tanto en los tabiques que cierran el estar como en el suelo, efectos lumínicos que van variando con el transcurrir del día. Lo mismo sucede con las sombras cambiantes que van arrojando los múltiples tabiques de la fachada principal. El control de la luz y las visuales desde el exterior se resolvió con cortinas black out.
Mobiliario
Los muebles diseñados por el estudio fueron realizados con madera recuperada de pino canadiense, proveniente de cajones de embalaje de motores. La mesa es una losa de hormigón unida al sistema de tabiques exteriores. Los dos “muebles de hormigón” que dividen los ambientes principales cumplen la función de leñero, guardarropas y estante mesada.