New Town Medical Suites by Cumulus
Una tranquila consulta de psicología dentro de un edificio catalogado en el norte de Hobart, Tasmania.
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Tras un paisaje urbano protegido, diseñamos una adaptación de la oficina para reflejar la forma en que trabaja un psicólogo. Sofisticado, pero informal. Honesto. Abierto a todos. En este bullicioso suburbio de Hobart, es un oasis de calma. Tragaluz y ventanas crean un espacio suavemente iluminado sin rincones oscuros. Revestimientos de madera, verdes apagados y abundantes plantas evocan una sensación natural de bienestar. Este espacio tranquilizador es completamente nuevo para este contexto histórico, pero de alguna manera parece que pertenece.
Tranquilo y cómodo
Llenar las salas de consulta con luz natural fue una prioridad. Siempre es más desafiante en un edificio existente, especialmente uno que está catalogado como patrimonio histórico. Utilizamos tragaluces y ventanas altas para crear un espacio luminoso y aireado, con iluminación adicional donde se necesitaba para evitar rincones oscuros.
Nuestro diseño ha hecho que el espacio sea silencioso, pero no en silencio. Materiales suaves como cortinas largas y alfombras amortiguan las conversaciones sin borrar la comodidad del ruido de fondo. Con una paleta de colores apagados y bordes suavemente curvados, es un espacio que se siente acogedor para los clientes. Y un lugar donde los psicólogos querrían venir a trabajar.
Fuera adentro
La madera aporta una calidez natural e informal a estas oficinas, con roble tasmano que se desgastará con el tiempo. Diferentes aplicaciones guían a los visitantes a través del espacio. Listones de madera en la recepción crean una textura variada de luz y sombra. La madera también envuelve los espacios de transición, pasando a revestimientos sólidos en las salas de consulta y un tratamiento mínimo en el espacio de servicio.
Las plantas contribuyen a la sensación de bienestar. También nos ayudaron a hacer que las características accesibles se adaptaran al aspecto estético, como una jardinera que actúa como pasamanos. Se convierte en un detalle tanto tranquilizador como acogedor, no muy diferente del propio espacio.