Pionen – White Mountain / Albert France-Lanord Architects

Arquitectos
Albert France-Lanord Architects
Ubicación
Estocolmo, Suecia
Arquitectos colaboradores
Frida Öster
Jonatan Blomgren
Consultor de Geología
Geosigma AB
Programa
Datacenter
Construcción
Albert France-Lanord Architects
Cliente
Bahnhof AB
Área
1200 metros cuadrados
Año de proyecto
2008

El proyecto se llevó a cabo en un antiguo refugio anti-atómico de 1.200 metros cuadrados, una ubicación increíble 30 metros por debajo de las rocas de granito del parque Vita Berg en Estocolmo. El cliente es un proveedor de Internet, por lo cual allí se alojan salas con servidores y oficinas. El punto de partida del proyecto fue considerar la roca como un organismo vivo. En este espacio los seres humanos tratan de aclimatarse a este mundo extraño, llevando los «mejores» elementos de la tierra: luz, plantas, agua y tecnología.

El tema de la iluminación fue un gran desafío. Se intentó implementar la mayor variación posible de luces, ya que en un espacio cerrado como este es muy fácil perder la noción del tiempo.

Como referencias del proyecto los arquitectos tuvieron en cuenta películas de ficción: «Silent Running» y varias de James Bond con escenografía de Ken Adams.

El proceso se desarrolló en cinco fases diferentes:

1. planeamiento
2. destrucción de la antigua oficina y explosión de rocas para crear espacio extra
3. refuerzo de la cueva, trabajo concreto
4. instalaciones eléctricas
5. trabajo de vidrio y acero, pintura y decoración

El cliente tuvo una fuerte visión desde el primer momento y el resultado sólo fue posible por su persistencia, el compromiso y la gran comunicación y comprensión entre todas las partes involucradas en el proyecto.

El lugar

La entrada a la cueva se realiza por una puerta incrustada en la piedra, tras la que se descubre un pasillo desde el cual se puede observar la compleja maquinaria encargada de la necesaria refrigeración de los sistemas alojados allí.

La zona de reunión se conforma por una estructura de cristal elevada a la que se accede por una pasarela transparente.

Una mesa cristalina se erige en el centro sobre un agujero que nace del suelo, conectando el piso inferior con el superior. Pegadas a las paredes se alinean las sillas de estructura geométrica.

Bajo esta sala de reuniones se encuentran algunos de los servidores.

Dentro de este búnker la naturaleza está presente en las plantas naturales que se desprenden de las paredes de piedra, pintadas de blanco en su zona superior para reflejar la luz y desahogar el ambiente.

En ese esfuerzo por contrarrestar la sensación de encierro, fuentes y peceras aportan frescura y vida a la cueva.