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Prototipo Apan: viviendas sociales autoconstruidas / Arquitecto Francisco Pardo

Este programa de investigación busca mejorar la calidad de la vivienda rural y la asistirla a través de la autoconstrucción en el territorio

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Ficha técnica
Cliente: INFONAVIT (Instituto de Vivienda de México), CIDS (Centro de Investigación para Sostenibilidad
Desarrollo)
Equipo de diseño: Francisco Pardo, Ivan Saucedo, Karen Burkart, Wilfrido Estrada, Víctor Cruz, Sophia Alami, Daniel Vázquez, Erick Trejo.
Diseño: 2016
Terminación: 2019
Ubicación: Apan, Hidalgo, México
GFA: 36 metros cuadrados
Fotografía: © Jaime Navarro

El proyecto, que incluye propuestas experimentales de varios estudios de arquitectura, inspiró la creación de un Laboratorio de Vivienda en Apan, Hidalgo (México), donde se crearon 32 prototipos de vivienda construido con el propósito de estudiar viviendas sociales en contextos locales específicos a través de diferentes regiones de México.

Entre otros, el prototipo sistémico de Francisco Pardo Arquitecto pretende ser desarrollado en varios sitios rurales del municipio de Panotla, en el estado de Tlaxcala (México) y se compone de varias partes, relacionadas a través de un conjunto de reglas y procedimientos que las mantienen juntos y regulan su funcionamiento colectivo.

En esta propuesta, dos elementos principales son la matriz de parcelación. Primero, un perímetro de 8 metros en diámetro de ocho cercas de madera, de 3 metros cada una, que circunscribe 50 metros cuadrados de terreno para encerrar la casa y ser utilizado para agricultura o ganadería. En segundo lugar, una estructura de bloques, con una base de 18 metros cuadrados, que incluye una pequeña cocina, un baño y un espacio libre que se puede utilizar como un dormitorio. En la parte superior, se puede usar otro espacio multipropósito como almacén para cultivos o materiales.

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El prototipo de Apan facilita la adaptación de sus ambientes exteriores e interiores a las necesidades de los habitantes: la tierra privada se expande a medida que crece la familia o la producción; mientras que el segundo el piso interno se puede usar para propósitos más específicos, incluso convirtiendo la residencia en 36 metros cuadrados por unidad de vivienda.

Los espacios en la planta baja están claramente organizados y orientados a lo largo de ejes perpendiculares, y se conectan físicamente al patio externo para fomentar su cultivo; mientras que el segundo piso versátil cuenta con grandes ventanas que se abren al paisaje circundante.

Externamente, la casa no tiene un frente claro: se destaca como un objeto icónico en el paisaje, levantado del suelo, con su forma tipológica estándar, la de una casa genérica, como la principal característica. La cerca circular y modular funciona a escala comunitaria, fomentando la integración en lugar de separación entre construcciones adyacentes, creando simultáneamente espacios verdes individuales y áreas públicas con diferentes morfologías y usos.

Los hábitos de cada familia dan forma a las habitaciones privadas, mientras que la autorregulación colectiva diseña espacios intermedios entre parcelas individuales, moldeando programas sociales y compartibles.

El modelo residencial de Francisco Pardo, como iniciativa general, ofrece efectivamente la oportunidad a familias con medios más modestos y en espacios reducidos, para personalizar la vida doméstica diaria, haciendo que los habitantes se sienten parte de una comunidad y consoliden el vínculo entre ellos y el territorio.

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