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RAVAL / Vaimberg Salvado

Reforma de una vivienda en un edificio protegido de principios de siglo XX. Suelos hidráulicos, techos con bigas de madera y dibujos originales se escondían en un piso completamente destrozado y maltratado, una joya escondida entre las pequeñas calles del Raval

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Reforma de una vivienda en un edificio protegido de principios de siglo XX, en unos de los sitios con más historia de la ciudad de Barcelona. Suelos hidráulicos, techos con bigas de madera y dibujos originales se escondían en un piso completamente destrozado y maltratado, una joya escondida entre las pequeñas calles del Raval.

Los propietarios, una pareja con un gran criterio estético y muchísima personalidad, querían recuperar la amplitud original de la vivienda, recuperando la distribución original de estancias para abrir la luz a cada rincón del piso. Así, la vivienda encadena espacios, y enlaza materiales con carácter en una consecución de salas con distintos usos.

Los elementos incluidos en las zonas comunes se trataron con un gran minimalismo y sensibilidad, para incorporarlos en el espacio pero evitar competir con los colores y texturas originales. Así, la cocina se esconde tras una caja oscura que oculta el uso de ésta y la abre al resto del piso para que forme parte del comedor. Los armarios y las puertas, trabajados de suelo a techo con madera de nogal, separan y ocultan el almacenaje y las estancias secundarias. Las estanterías de la biblioteca se fusionan con las paredes para generar texturas y volúmenes que crean espacio.

Los elementos privados, como son los baños, se trabajan con la duplicidad de los opuestos, el día y la noche, la oscuridad y la claridad. Mismos materiales en acabados distintos que generan un efecto completamente diferente. Luz y claridad en el baño principal; oscuridad y confort en el baño secundario.

Los reflejos constituyen un elemento indispensable en el proyecto. El reflejo de los materiales, de los espejos, de las texturas. Reflejos que vienen de los techos, de los paneles que separan las estancias, de los juegos de volúmenes y de las vistas cruzadas.

Una vivienda para soñar, para leer un libro en la biblioteca, tomarse un te una de las salas y descansar en el diván de la habitación mientras entra la luz por todas las ventanas de la casa a través de las persianas, haciéndote sentir en un oasis dentro del bullicio del centro de Barcelona.

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