Redux house / Studio MK27

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Ubicación
Bragança Paulista, Brasil
Fecha finalización
Enero 2013
Área construida
679 metros cuadrados
Co-arquitecta
Samanta Cafardo
Interiorismo
Diana Radomysler
Equipo
Beatriz Meyer, Carlos Costa, Laura Guedes, Mariana Ruzante, Mariana Simas, Oswaldo Pessano, Suzana Glogowski, Henrique Bustamante
Ingeniería estructural
Benedicts Engenharia – Ing. Eduardo Duprat
Contratista
Mfc Engenharia, Ing. Marcos Cruz

La casa Redux se encuentra en el interior de Sao Paulo, Itatiba, en una comunidad cerrada llamada Quinta da Baroneza. El claro donde se encuentra la casa se orienta al oeste y está en el borde de un gran área de preservación ambiental de los bosques nativos. Estos aspectos determinan la localización y orientación de la casa, así como el enfoque del diseño.

La casa fue construida en el lugar más alto posible, respetando la topografía existente, con el fin de tener vista a la puesta del sol y a la vegetación, generando el menor impacto posible en el entorno.

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El edificio se compone de dos losas, para el piso y el techo, y cuatro cajas programáticas. Externamente la losa del suelo genera un gran volumen de hormigón que sobresale sobre la pendiente del terreno y termina flotando en un impresionante equilibrio; allí se encuentran la galería y la piscina.

La losa del piso se eleva a 50 centímetros del suelo, con el soporte de vigas retranqueadas, lo que intensifica la suave manera en la que el proyecto se implantó en el terreno. Visualmente, la casa parece estar flotando. El diseño se divide en cuatro bloques programáticos. El primer bloque contiene la zona íntima (4 dormitorios y sauna); en el segundo sólo esta la suite principal. En el tercero, se encuentra el área de servicios (cocina, cuarto de lavado, sala de estar, baños y criadas) y, finalmente, en el último bloque está el garaje y el área técnica.

La distribución de los bloques crea espacios intersticiales, configurando así la circulación de la casa, las terrazas y el gran espacio de la sala de estar. Este último está revestido con vidrio y paneles deslizantes, que al abrirse crean un diálogo entre el interior y el exterior (bosque nativo y el oeste). La losa del techo, del mismo tamaño que la losa del suelo, anula los volúmenes programáticos que, debido a las diferentes alturas, a veces se apoyan en el techo y otras tienen una altura de techo reducida. El vacío entre los volúmenes y la losa crea un ritmo interior y, al mismo tiempo, hace que sea posible mejorar la iluminación natural en la casa.

Los dos volúmenes principales que incluyen los dormitorios están revestidos por completo con listones verticales de madera, que se abren casi en su totalidad. En el día, esos paneles filtran la luz del sol creando una textura de luces y sombras y, por la noche, transforman las cajas en las grandes lámparas que iluminan el suelo.