Fragata Natura de Carlos Campos y Silvana Ovsejevich / Hello Wood Argentina
A través de nuestro pabellón y los acontecimientos en torno a él, queremos conectar con la naturaleza. Acoplarnos, unirnos. Trabarnos, vincularnos, enlazarnos. Nos interesa entrelazarnos con la naturaleza, envolverla y dejar que ella nos envuelva. Si este “refugio” quedara implantado en el mismo sito durante un largo período de tempo, […]
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A través de nuestro pabellón y los acontecimientos en torno a él, queremos conectar con la naturaleza.
Acoplarnos, unirnos. Trabarnos, vincularnos, enlazarnos.
Nos interesa entrelazarnos con la naturaleza, envolverla y dejar que ella nos envuelva. Si este “refugio” quedara implantado en el mismo sito durante un largo período de tempo, se fusionaria con su entorno.
En esta oportunidad lo imaginamos como un “modulo nómade” un “refugio transportable”.
Nos interesa principalmente conectar con la naturaleza desde lo más primitivo. Dejar que este refugio se transforme según los ciclos de la naturaleza y el universo en ese momento.
Amanece, desde “mi lugar” puedo ver al sol elevarse, enmarcándolo como en una ventana poliédrica; sentarme a oir los pájaros, insectos o gallos, que anuncian que comienza el día.
Me conecto con mi entorno, dejo que éste entre en mí. Cuando el sol es muy fuerte a mitad del día, este dispositivo me protege de sus rayos convirtiéndose en parasol, algún lateral pasa a elevarse y se despliega para hacerme de gran sombrilla.
Por la noche este techo se abre para estar directamente conectado con las estrellas, la bóveda celeste me envuelve.
Este dispositivo acompaña en las diferentes estaciones, en otoño, sus “paletas” se abren permitendo que se acumulen hojas secas, flores recién caídas, encontrándonos dentro de un colchón de hojas de ginko, de flores de jacarandá. El pabellón está diseñado para abrazar un árbol. Sus paneles verticales hacen que el pabellón se comporte como un crustáceo, como un barco, como un langostino, como una mariposa, un observatorio, un mirador, una cueva.