Casa Cavia / Kallos Turin
Una restauración de puntillismo milimétrico emprendida por una firma de diseño con sedes en Londres y San Francisco dio nueva vida a una magnífica casona ecléctica proyectada durante la Belle Époque local por el arquitecto noruego Alejandro Christophersen. La obra se concentró en reconvertir la señorial residencia Bollini Roca en […]
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Una restauración de puntillismo milimétrico emprendida por una firma de diseño con sedes en Londres y San Francisco dio nueva vida a una magnífica casona ecléctica proyectada durante la Belle Époque local por el arquitecto noruego Alejandro Christophersen. La obra se concentró en reconvertir la señorial residencia Bollini Roca en un lugar donde convivieran diversos mundos: cocina, bar, librería, editorial, perfumería, florería, en un clima de definitiva sofisticación que cose los espacios con punto invisible. Los detalles originales de la arquitectura fueron respetados, realzados y puestos a dialogar con elementos de un diseño tan contemporáneo como sereno.
Roble de Eslavonia
Terrazzo
Mármol Verde Bosque
Mármol Calacatta
Hierro
Bronce
Los pisos originales de roble de Eslavonia fueron pulidos y luego tratados con un producto especialmente importado que otorga un tinte levemente gris y una capa de protección mate de apariencia natural añejada. Una mesa ovalada revestida íntegramente en láminas de bronce pulido, diseño de Kallos Turin, convive con una obra de Pablo Siquier. En la zona de restaurant, las clásicas sillas de Eero Saarinen adquieren una nueva fisonomía tapizadas en pana verde lima.
La editorial Ampersand aporta a Casa Cavia el maravilloso universo de los libros. Los libros colgantes desdibujan el plano del cielorraso y juegan con aquellos apoyados sobre los estantes en el perímetro, hechos en MDF revestido en bronce pulido y soportados por columnas de bronce cilíndricas que se extienden de piso a techo. La iluminación se resuelve con un sistema suspendido, minimalista, con spots orientables que iluminan los estantes y las mesas permitiendo distintos niveles de dimerización.
La escalera original fue íntegramente restaurada –los escalones de madera tratados de la misma manera que el resto de los pisos, el hierro pintado de un gris casi negro, el pasamanos con lustre a muñeca de tonalidad muy oscura. El mostrador se hizo a medida y fue revestido en mármol Calacatta. La vitrina es en realidad una elegante heladera para tortas diseñada por Kallos Turin, con un remate curvo y terminación en bronce pulido.
Con Fueguia llegan los perfumes de eras heroicas. Este espacio se resolvió básicamente con dos materiales, el mosaico granítico del piso, llamado Terrazzo, de base cementicia verde y un agregado de mármoles molidos verdes, negros y dorados; y el mármol Verde Bosque pulido de la impactante mesada. Todo lo demás lo hace la alquimia de las fragancias, que en Fueguia emanan de esencias no convencionales y encierran un exótico compilado de identidad patagónica, cordillerana y de Sudamérica en general.
Este espacio se vuelve semi cubierto merced a una pérgola de vidrio de altura generosa, con columnas de hierro de sección mínima pintadas en negro mate. Los paños de vidrio laminados y templados combinan dos tonalidades, gris y verde, para integrarse a la paleta de colores imperante y lograr un buen nivel de protección solar. El sistema de iluminación diseñado por George Sexton Associates consta de una trama de tensores de acero de la que cuelgan artefactos con lámparas dicroicas. Son cilíndricos, de fundición de aluminio, en un tono anodizado bronce antiguo. Los pisos son de Terrazzo, un mosaico granítico pulido realizado in situ con base cementicia verde y agregados de mármoles verdes, negros y dorados en distintos tamaños; tiene juntas de dilatación de aluminio y se combina con sectores de grava o piedra plato. En el interior se adivina Blumm Flower Co., la exquisita florería que también funciona en Casa Cavia.
El paisajismo constituye un capítulo aparte. Se utilizó una variedad de especies, como arbustos topiarios Buxus de dos diámetros combinados con Liriopes a modo de cubresuelo. Se mantuvo un mandarino existente y se agregó un Cocculus Laurifolius como centro de la fuente, terminada en un material símil piedra de color gris oscuro. Una superficie de agua desborda constantemente sobre una superficie de piedra bola, que actúa de fuelle entre la fuente y las plantas.
En el vestíbulo de entrada se colocó un piso de mosaico granítico de 40 x 40 cm en damero, replicando los solados originales que se hallaron en los balcones y baños de la casa. Kallos Turin realizó una instalación de floreros de vidrio en soportes de hierro donde los arreglos se renuevan permanentemente. Los bancos son de mármol Verde Bosque pulido.