Departamento en Recoleta / Arquitecto Julio Oropel

Un departamento en un clásico edificio porteño de los años 60 fue reacondicionado para la vida contemporánea. Lo que se destaca en la reforma es aquello que constituye la marca de autor del arquitecto que realizó la intervención. El consagrado Julio Oropel supo potenciar las cualidades originales del espacio invitando […]

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Un departamento en un clásico edificio porteño de los años 60 fue reacondicionado para la vida contemporánea. Lo que se destaca en la reforma es aquello que constituye la marca de autor del arquitecto que realizó la intervención. El consagrado Julio Oropel supo potenciar las cualidades originales del espacio invitando a la nobleza de la madera a protagonizar la escena.

Lapacho
Álamo
Chapa
Silestone
Porcelanato

Una de la paredes fue revestida en 50 metros cuadrados de madera de álamo, que suma su calidez a la del lapacho del piso. Se montó un original sistema de iluminación con leds en la junta entre el muro y el cielo raso.



El recurso-madera se halla exacerbado: el material está presente en la caja pero también en muebles y en la portentosa escultura de Pérez Sanz. La decoración incluyó mobiliario y objetos de clásicos actuales como Talleres Sustentables, Solsken, Eugenio Aguirre, Bacano; textiles de Compañía del Comercio y Kalpakian y una obra de la artista Alicia Esquivel.

La cocina abandona las tonalidades de la madera pero jamás la elegancia, que aquí se resuelve en el contrapunto entre el negro del chapón con que se recubrió una de las paredes y el blanco del porcelanato del piso, el Silestone Zeus de las mesadas, la laca del MDF con que se resolvieron las alacenas y las lámparas colgantes de Fábrica de Luz que iluminan la mesa del comedor diario.

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