Doble Altura / Arquitecto Martín Zanotti

Esta cocina está inserta en un piso refaccionado por Martín Zanotti procurando recuperar conceptos de su estructura original, muy desvirtuada luego de una intervención realizada en los años 90. Si bien hubo elementos que pudieron rescatarse, otros, como los pisos, debieron hacerse a nuevo. La reforma utilizó un lenguaje actual, buscando dotar al departamento de tecnología a todo nivel.

Puntualmente para el diseño de este espacio, el estudio contó con la colaboración de una especialista en el diseño de cocinas como es la arquitecta Lorena Menéndez Ohan.

A pesar del gran tamaño de la casa, no existía un office y no había posibilidad de crearlo, por lo tanto no existía un lugar para el guardado de la vajilla. Por eso y aprovechando la altura del ambiente, se desarrolló un mueble destinado a acopiar un importante servicio de mesa y numerosos recuerdos. Toda la cocina está recorrida por un riel de acero inoxidable por donde corre una escalera con ruedas que permite acceder a todas las alturas del mueble.

Se generó un lugar para cocinar y otro para lavar. La isla central sirve para desayunar o para una comida rápida, y para las instancias de preparación y emplatado. Luego está el sector de preparación, con una pileta profunda y una cocina gastronómica; por último, un espacio reservado para las heladeras y alacenas, casi una antecocina.

La luz natural, que en los departamentos es siempre un tema muy complicado, se resolvio con vidrio esmerilado que evita la vista y da la sensacion de grandes faroles de luz. La elección de los materiales es fundamental, porque el revestimiento es clave para la higiene que requiere una cocina. Para ésta se optó por Silestone en las mesadas y muebles muy básicos, terminados en termoformado y con herrajes de acero inoxidable.

El piso es Travertino taponado e hidrolaqueado, algo que el estudio no realiza casi nunca sobre piedras naturales; pero en este caso ayudaba al mantenimiento. La nobleza con que envejece el Travertino justificaba la excepción. Soy un fanático de Roma, una ciudad ochenta por ciento en Travertino, que envejece, se mancha, se gasta. Y cada vez que voy a Roma la encuentro más linda.