Casa M / Interiorista Mercedes Ocampo

Una vivienda suburbana que buscó la calidez de las casas de campo tradicionales. Los materiales clásicos combinados para un estilo de vida contemporáneo y muy argentino.

Superficies utilizadas
Revoque Auto-Texturable
Ladrillo Visto
Piedra
Maderas Antiguas
Travertino
Chapa

La tradición del Hall Frío
Con el referente de las casas patagónicas, que a la vez se inspiran en la arquitectura de los países fríos del Hemisferio Norte, se proyectó un espacio que amortigua el límite entre el adentro y el afuera. Continuando con la madera blanca laqueada de las aberturas, un perchero invita a dejar abrigos y sombreros. Un banco antiguo de estilo barroco y una alfombra de telar sobre el piso de madera completan la decoración, simple, funcional y fiel a una estética. A través de las cortinas tipo roller se dejan ver las formas de la típica cenefa de chapa de las casas de campo de antaño.

Aire de campo
Para el comedor se diseñó una gran biblioteca de roble a la manera de los muebles antiguos, con estantes, cajones, columnas y frisos. A la vez que aporta calidez, sirve para el guardado y apoyo de libros y objetos.

En el interior las paredes se terminaron con revoque autotexturable en un tono cemento claro. Los pisos y zócalos son de madera. Las aberturas también, sólo que laqueada en blanco brillante.

Blanco, beige y plata. Tal la paleta de colores que despliega la cocina. Los muebles son de madera laqueada. Para el piso y las mesadas se uso mármol Travertino. En tanto el color plateado llega de la mano de los artefactos de acero inoxidable. Una barra conecta con el comedor diario, aunque ambos espacios eventualmente pueden aislarse mediante una persiana.

En la suite principal se prolongan las decisiones tomadas para la ambientación general de los interiores: abundancia de luz natural, pisos de madera, paredes revocadas. Un clima clásico aunque fresco y actual.

Una de las notas especiales del dormitorio es el respaldo de la cama, realizado con dos puertas antiguas, apenas blanqueadas mediante una pátina que transparenta la veta original de la madera. Mientras que las ventanas del pasillo de entrada se protegieron con cortinas roller de black-out, las del dormitorio propiamente dicho son las tradicionales colgadas de barral, en algodón blanco y arpillera de seda beige.

En la galería se impone la presencia de la piedra. En el piso, grandes bloques de Travertino. Este espacio de transición fue decorado como un interior más, con una chimenea y cómodos sillones de madera con colchonetas tapizadas a la manera de los colchones antiguos y multitud de almohadones de varias texturas.

Exteriores de ladrillo a la vista, pisos antideslizantes y aberturas de madera pintada de un verde alegre en uno de los rincones del exterior, donde también dicen presente la chapa –en el frente y el equipamiento de la parrilla- y los muebles de campo remozados.

En el garage, paredes y cielorraso negros. El piso se pintó con pintura especial de goma, volviendo a la superficie apta para rodados. Cañerías a la vista, zona de herramientas y trabajos mecánicos, elementos reglamentarios de estacionamiento y accesorios deportivos a la vista componen un ambiente masculino, deportivo y funcional.